jueves, 17 de junio de 2010

Desastre

Me siento tan catastróficamente apática (o tan apáticamente catastrófica) que preferiría no hacerme mayor. Ahora es cuando una se da cuenta de ese síndrome de Peter Pan que a todos nos llega alguna vez avanzada la adolescencia. Cada persona debe cargar con su cúmulo, y el de cada persona es más grande que la misma persona, aumentando a medida que esa persona cumple años.
Cosas que parecen imposibles ahora, cosas que parecían imposibles, de las que ahora ni recuerdas el esfuerzo que invertiste para conseguirlas o la ansiedad que te provocaron. Y problemita a problemita, vamos llegando a la tumba.

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